Entre los más de 100 "activistas" a los que han denegado la entrada a Israel en los últimos días, se encuentra el caso de un alemán de 82 años, que declaró a las fuerzas de seguridad que el motivo de su entrada era "visitar a amigos suyos en Israel y Palestina".
Más allá del enfrentamiento a la democracia que supone negar la entrada a un país por motivos políticos, parece que el mero hecho de pronunciar "Palestina" ya es razón para encarcelar y expulsar a personas.
Ese país está cada día más podrido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario