(Este cartel del aeropuerto Ben Gurión es sólo aplicable si tienes una visión "pro-israelí" del conflicto)
Dicha actividad se hace llamar "Welcome to Palestine". Entre los días 8 y 16 de julio está prevista la llegada de entre 600 y 800 personas al aeropuerto internacional de Ben Gurion, en Tel Aviv. Éstas van a declarar en la oficina de sellado de pasaporte que van a visitar Palestina.
¿Cómo va a ser de efectiva esta actividad? La verdad es que no soy muy optimista al respecto. Hay que decir que incluso entre las personas que declaran que van a Cisjordania (es mejor no pronunciar la palabra maldita "Palestina" en el Ben Gurion) y no han repetido el viaje demasiado, es muy difícil que le denieguen la entrada. Pero te lo ponen difícil. Es bastante habitual (a mí mismo me ha pasado) tener que quedarse hasta 8 horas retenido en el aeropuerto sin recibir una explicación o siendo sometido a interrogatorios absurdos del estilo (éste es verídico):
"-¿Cuál es el propósito de su visita a Israel?
- Vengo a hacer x.
- Mmmm... ya veo... ¿cómo se llama su abuelo?
- ¿El paterno o el materno?
- Ambos.
- Blas y Pepe.
-Ahá,... ¿tiene relación con alguna institución o persona que tenga relación con el terrorismo?
- Mmmm...no.
- (dejando una hoja en blanco sobre la mesa) Piénselo bien. Tómese su tiempo. Por cierto, ¿tiene familiares árabes?"
La idea es la siguiente: hay que dejar claro que las personas que van a Palestina no son bienvenidas. Me imagino que denegar entradas a tutiplén sería contraproducente para Israel debido a los acuerdos bilaterales entre Israel y la Unión Europea (un israelí no necesita visado para entrar en Europa, al igual que un europeo para entrar en Israel), pero hay que hacer ver que no te lo van a poner fácil. Cualquier política encaminada a aislar a Palestina es bien recibida en Israel.
¿Cómo reaccionará Israel ante esto? Probablemente de ninguna manera. Me imagino que la mayoría de activistas pasará sin problemas, algunos serán retenidos algunas horas en el aeropuerto y unos pocos serán devueltos a sus países (ya se encargará la Hasbará de demostrar sus conexiones con el terrorismo internacional). Aunque tampoco me extrañaría que hubiera algún suceso similar al que le ocurrió a la estadounidense Lilly Sussmann en 2009, a quien le dispararon tres veces en su ordenador portátil "por motivos de seguridad" cuando quería entrar a Israel por tierra desde Egipto.
Estado del ordenador de Lilly Sussmann tras la revisión de seguridad.
El problema para las personas extranjeras que vivimos en Palestina tiene varias vertientes. Para empezar, la Autoridad Palestina no tiene capacidad para conceder visados de trabajo, a no ser que sean para organizaciones oficiales (ONU, UE, etc), con lo cual a lo máximo que se puede aspirar es a conseguir visados de voluntariado de un año de duración a través de las oficinas de inmigración dentro de Israel. Por supuesto, jamás se conceden dichos visados a gente que quiera establecerse en Cisjordania (lo de Gaza ni se plantea). Estas personas están obligadas a mentir si quieren recibirlo.
Sin embargo, lo peor del Ben Gurion no es el trato que recibimos los extranjeros. Para los palestinos es mucho peor, por supuesto.
Para empezar, sólo los palestinos con pasaporte israelí o permiso de residencia en Jerusalén tienen derecho a utilizar dicho aeropuerto. Los palestinos de Cisjordania están obligados a salir al aeropuerto de Amman, en Jordania para viajar a cualquier lugar volando (hay que recordar que una de las políticas de ocupación de Israel es impedir que Palestina tenga un aeropuerto propio, lo cual ha sido incluso una condición para la paz en todas las negociaciones que han tenido lugar). Ir a Amman desde Cisjordania puede ser toda una aventura. El puesto fronterizo más conocido de los que separan Jordania de Cisjordania es el puente de Allenby/ Rey Hussein. En dicho punto fronterizo, en la parte de Israel, hay dos pasos: uno para palestinos y otro para el resto del mundo. Por supuesto, ambos controlados por Israel (cosas de la ocupación). En temporada alta (verano), pasar a Jordania lleva su tiempo debido a las aglomeraciones de gente. Un ciudadano cualquiera puede verse retenido en la frontera hasta unas 4 horas si tiene mala suerte. Un palestino, hasta 2 días. Otra prueba palpable de la política de apartheid de Israel.
El paso de Allenby para los palestinos (estos son los que esperan fuera, porque dentro está lleno).
Foto realizada el 28 de julio de 2009, con una temperatura aproximada de 40º.
Fuente: UPI Photo/ Jim Hollander/ Pool
Pero volvamos al Ben Gurion, y hablemos de los palestinos que sí que pueden utilizar dicho aeropuerto. Cuando vas a salir de Palestina a través del Ben Gurión, hay que pasar un control de seguridad que deja en paños menores a las noticias que oímos acerca de los aeropuertos españoles, ingleses, o incluso estadounidenses. Cuando llegas, antes de facturar, los primeros agentes de seguridad comienzan el interrogatorio. Unas preguntitas para ver qué hacías por aquí y cómo eres de peligroso. Tras esas preguntas, te empiezan a pegar pegatinas por todas partes con un número que determina tu peligrosidad (el 1 es el menos peligroso y el 6 el presunto terrorista). Me imagino que la seguridad tendrá un protocolo para determinar la peligrosidad del sujeto. El problema es que los asuntos raciales tienen importancia aquí. Si eres un israelí judío, difícilmente te van a poner algo que no sea un 1. Si eres un israelí árabe, es imposible acceder a un 1 (al menos, yo jamás lo he visto, y estas cosas las suelo analizar). Si eres un palestino con permiso de residencia en Jerusalén, de un 5 no bajas. Estos "pequeños detalles" son los que nos pueden hacer comprobar hasta que punto el racismo está enquistado en el estado de Israel. No hace falta tener un historial policial para ser considerado peligroso. Ser árabe basta.
Y no nos rasguemos las vestiduras, porque es algo que ocurre, con mayor o menor disimulo, en muchos otros aeropuertos españoles, europeos o americanos. Aunque no lo tengamos tan matematizado como Israel. Por algo son líderes en el sector de la seguridad...
He decidido numerar el artículo, porque hay muchas más historias sobre la política aérea de seguridad. Historias como el registro de los archivos personales de un ordenador, o de cómo la seguridad israelí pasa por encima de la Guardia Civil en Barajas o El Prat. Espero poder narrar pronto nuevas historias.
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