L.L.CARO | JERUSALÉN
Lo explicó en árabe, luego en hebreo y también en inglés: «Vi a dos heridos morirse en el barco. Estaban muy graves uno con una herida en el pecho y otro en un lado y a la media hora murieron delante de mí... pedí ayuda a los soldados diciéndoselo con un cartel, pero no nos la dieron. Si lo hubieran hecho, los dos estarían vivos». Son palabras de la diputada árabe en el Parlamento israelí Hanin Zoabi, la primera integrante de la Flotilla que ayer por la mañana era puesta en libertad, y que pocas horas después comparecía ante la prensa en su Nazaret natal para difundir el primer testimonio de un pasajero del gran barco asaltado, el «Mavi Marmara».
A veces irritada, otras veces con una emoción al borde de las lágrimas, la diputada contradijo la versión oficial israelí de que sus militares fueron emboscados por los activistas al asegurar: «empezaron a dispararnos desde sus barcos aún antes de que los soldados descendieran desde los helicópteros en el nuestro, antes de que se encontraran con ninguno de los pasajeros». La mayoría de ellos estaban refugiados en camarotes y los pisos interiores. En los primeros diez minutos, dijo, «cayeron dos muertos» en la segunda cubierta, donde ella se encontraba. «Ambos eran turcos y tenían los disparos aquí», especificó señalándose un lado de la cara.
«Nunca creí que vería ese tipo de violencia contra nadie en el mundo», narró Hanin Zoabi todavía impactada por un horror que, acusó, era el gran propósito de Israel en este asalto. «El objetivo no era parar la flotilla, sino lanzar un mensaje para disuadir futuros intentos de romper el cerco a Gaza», dijo, «Israel planeó todo, y planeó lo que pasó: planeó este resultado».
Nadie llevaba armas, repitió también en tres idiomas, ni hubo ataques o provocaciones a los militares.
