"Vamos a tener una única autoridad y una única decisión...Tenemos que lograr el objetivo común: un Estado palestino con plena soberanía en las fronteras de 1967 con Jerusalén como capital, no hay colonos, y no vamos a renunciar al derecho de retorno".

Nada que no se haya dicho otras veces, esto, tal y como viene a reflexionar Richard Silverstein no debe de llevarnos a engaño, esto no significa que Hamas se vaya a convertir en un partido social-democrata de la noche a la mañana, ni que próximamente no vayamos a oír declaraciones contradictorias en este y otros temas.
Hamas, como cualquier movimiento político, puede cambiar cuando percibe que tiene algo que ganar. Es capaz de moderar su agenda política atendiendo a su pragmatismo. Lo vimos durante las elecciones a la Autoridad Palestina y lo vemos ahora tratando con el gobierno egipcio post-Mubarak. Pero si la Asamblea General (de la ONU) se niega a reconocer a Palestina o Al Fatah se la vuelve a tratar de jugar, o Israel invade Gaza de nuevo, podemos esperar el viejo rechazo de Hamas, y en tal caso parte de culpa sera nuestra.
Imagen: El máximo líder del grupo palestino Hamás, Jaled Meshaal, (i), y el secretario general de la Liga Árabe, Amr Mousa
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