domingo, 23 de enero de 2011

No es país para viejos


Qalandia es probablemente el check point por el que pasan más palestinos diariamente para entrar a Israel. Situado enfrente del campo de refugiados del mismo nombre, en las mismas puertas de Jerusalén Este y a pocos kilómetros de Ramala, el check point de Qalandia es testigo diario de atascos, bocinazos, gritos, economía sumergida, soldados, masificaciones y, en general, caos.

Para los palestinos que no tienen una economía casera lo suficientemente boyante como para tener coche propio, el autobús es el mejor medio para ir a Jerusalén Este. La línea 18 sale desde el mismo centro de Ramala y llega prácticamente a la puerta de Damasco, a la misma ciudad vieja de Jerusalén. Pero hay que pasar por Qalandia. Y no es un trámite simple.

El ejercito de Israel obliga a todo palestino que llegue en autobús a bajar del mismo y cruzar el check point a pie, para poder pasar el control de metales y el escáner. Todo palestino es peligroso. Sobre todo si no se puede pagar un coche, o directamente no tiene derecho a conducir un coche con matrícula israelí, que son los únicos que pueden pasar a la Jerusalén Este ocupada.

Cruzar el check point de Qalandia a pie, en la hora punta de un día laborable cualquiera sin ningún incidente extra, puede suponer la friolera de dos o tres horas haciendo cola a la intemperie. En verano, las lipotimias son tan habituales que hay gente que incluso se lleva consigo botellas de agua con azúcar por lo que pueda pasar. En invierno, lo contrario. Los días de frío a las siete de la mañana esperando turno para pasar son el caldo de cultivo perfecto para constipados, gripes y neumonías.

Sin embargo, la ley del check point a veces deja entrever un atisbo de humanidad. El ejército de Israel hasta ahora permitía a las personas mayores quedarse en el autobús, cruzar Qalandia en su asiento, desde donde mostraban su identificación, y evitarse las molestias de cruzar a pie. No había una edad determinada, quizás era un acuerdo tácito e incluso los soldados menos amistosos no tenían la vergüenza de pedirle a una persona mayor que se bajara de su asiento y fuera maltratado junto a sus compatriotas con menos décadas bajo sus párpados.

Que se sepa, ninguna de esas personas ha resultado peligrosa para la integridad de los soldados israelíes jamás. Pero la ley del check point también es aleatoria. Hace unas semanas eso cambió. Todo palestino sin coche propio debe cruzar a pie. Sin excepción. Ese cambio, que por supuesto se realiza sin aviso previo de ningún tipo, coincidió además con una de las peores olas de frío de este invierno. La Palestina ocupada no es país para viejos.

En el siguiente vídeo podemos ver un ejemplo extremo del caos producido por el check point de Qalandia durante Ramadán.



1 comentario:

Ariel Kanievsky dijo...

Sí, en Kalandia pasa eso... Pero el vídeo tampoco muestra la realidad diaria. Eso pasa en Ramadán, cuando todos quieren ir a la Explanada de las Mezquitas a rezar. No es algo de todo lo días.

De hecho, estuve en el checkpoint de Kalandia hace un par de días y no vi ningún desmadre (claro que el hecho de que ran las 11 de la noche tal vez no sea un detalle sin importancia).

También serví en Kalandia un tiempo como soldado (en invierno de 2005, coincidiendo con el Ramadán) y en aquel entonces dejaban pasar a la gente en autobús. Me voy a hacer un poco de propaganda:

http://accionporisrael.blogspot.com/2009/11/en-un-checkpoint-de-cisjordania.html

Salud.

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