Fuente (en catalán): Ara.cat
Marcel Masferrer, el cooperante catalán expulsado de Israel ha llegado ya a Barcelona; pagarse el vuelo de vuelta de su bolsillo le ha permitido ahorrarse dos días en la celda donde le mantenían detenido. Si no habría de haberse quedado hasta el Domingo que es cuando salia el primer vuelo de la compañía con la que llegaba al país (Spanair). Masferrer tiene vetado el retorno al país durante los próximo diez años. Se acaba así una permanencia de cuatro años y tres meses en Jerusalén, primero como trabajador de la ong ACSUR y desde el 2010 como consultor en cooperación y desarrollo trabajando para diversas ong´s locales.
Aléx Gutiérrez Margarit. Barcelona 07/01/2011
El cooperante hablo esta mañana con ARA para explicar los detalles de su detención y posterior expulsión y de los hechos que lo han provocado. Todo comenzo el 18 de noviembre cuando, junto a once activistas mas, participa en una acción de apoyo a agricultores palestinos de Beit Omar (Cisjordania) que no pueden trabajar sus tierras debido a que están ocupadas por asentamientos de colonos judíos y tienen prohibición expresa de acercarse. "Eramos cinco israelíes, siete internacionales y varios palestinos del pueblo". precisa Masferrer., "y se trataba de limpiar las tierras y trabajarlas. Los agricultores palestinos hicieron una quema controlada de malas hierbas para limpiarlo rápidamente. Una practica habitual en la zona". Al cabo de diez minutos, un grupo de soldados aparecieron por la zona y después de hacer detonar dos bombas de sonido para aturdir a los activistas procedieron a identificarlos. Posteriormente fueron trasladados a la estación de policía de otra colonia, Gush Etzion.
No podrá volver en diez años.
Unas semanas mas tarde, ya a principios de diciembre, el cooperante catalán fue a trabajar a Gaza colaborando en un proyecto humanitario consistente en llevar comida a familias de la zona. "Las autoridades israelíes tardaron un mes largo en darme el permiso de entrada a Gaza que finalmente me concedieron por un periodo de seis meses". En el momento de salir por el paso de ERez, que separa Gaza e Israel, la policía le reviso el pasaporte y, después de unas consultas, le comunicaron que debía dejar el país. Le dieron 48 horas, un termino que expiraba el 14 de diciembre. Como única explicación, le dijeron que eran "ordenes del ministerio del Interior". También recibe un aviso: "No podrás volver"
Masferrer tiene, de hecho, un vuelo de vuelta a Barcelona para el 19 de diciembre. La idea era pasar las vacaciones de Navidad en casa y volver a Jerusalén el cuatro de enero. Decide esperarse una semana para aprovechar el vuelo del día 19, mientras vacía su casa y empaqueta las pertenencias de cuatro años en el país. En el aeropuerto se dan cuenta que lleva cinco días ilegal y se lo hacen saber, pero no dejan ningún apunte en el visado y le dicen que ya se puede marchar. "Cuando pregunte si podría volver, una de las agentes examino el visado y dijo que, si me encuentro con ella en la entrada, con esta documentación que llevaba, valida hasta mayo del 2011, me dejaría entrar".
El día cuatro de enero, a las doce menos cuarto de la noche, Masferrer aterriza en el aeropuerto de Tel Aviv, pero no consigue dejar la terminal. Cuando le revisan el pasaporte, le dicen que no es bienvenido al país, le cancelan el visado y le llevan a una celda después de informarle que no podrá volver al país durante diez años.
Dos días de espera.
La celda tiene unos 30 metros cuadrados, diez camas organizadas en cinco literas ducha y baño. Esta limpia. Y el es el único inquilino en principio. Después llegan un australiano de origen eritreo, cinco moldavos, dos tailandeses...todos ellos llegan y marchan al cabo de unas horas; el es el único que se queda. Las leyes internacionales marcan que en caso de deportación, las compañias con las que han venido asumen el coste de la repartición. Para acogerse a ella debia de esperar cuatro días enteros hasta el próximo vuelo de Spanair. "No puedo salir, me restringen las llamadas a mis familiares ...allí se pierde la noción del teimpo, sobre todo cuando ves que todo el mundo se marcha y tu no". Al final, decide pagar 350 euros de un vuelo de la compañía El Al, en el cual ha embarcado esta mañana. Para comprar el vuelo ha tenido que pedir el favor a los guaridas; por suerte tiene dinero en efectivo. Después de un tira y afloja, los agentes le compran el pasaje. Horas mas tarde le devuelven el móvil justo antes de entrar en el avión. El pasaporte no lo recuperara hasta que aterrice en Barcelona.
"Quiero hacer constar que en aquella celda era el único que estaba por razones políticas", ha precisado Masferrer, "pero no me han tratado de ninguna manera especial, si no que me han dispensado el mismo procedimeinto que emplean para repatriar a cualquier inmigrante ilegal ".
Masferrer deberá seguir por tanto su activísimo a distancia. "Quiero hacer una llamada a la sociedad civil para que den apoyo a la iniciativa BDS (Boicot, Desinversión y Sanciones) que es una erramienta no violenta paralela a la que se empleo en Sudafrica con el apartheid. Debemos de promover esta medida de presión mientras no se cumpla el derecho internacional y los derechos humanos básicos en Palestina".
Enlace realacionado: A terra Santa (blog de Marcel Masferrer)
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