Un barco de activistas judíos ha partido esta mañana de Chipre dispuesto a romper el bloqueo israelí a la franja de Gaza. El catamarán Irene, de bandera británica, va cargado de ayuda humanitaria "simbólica" en palabras de los organizadores. Se trata más bien de un acto de protesta y de llamar la atención sobre el asedio a la franja en la que viven un millón y medio de palestinos y que dura ya más de tres años. Esta nueva iniciativa marítima se produce después de que el pasado mayo el ejército israelí abordara en aguas internacionales una flotilla humanitaria y matara a nueve turcos en la operación.
La embarcación Irene, que significa paz en griego, ha partido a las 12.30 del puerto de Famagusta, en la zona turcochipriota de Chipre. Por esta razón, también lleva una pequeña bandera turca. A bordo viajan una decena de activistas judíos de Estados Unidos, Reino Unido, Alemania e Israel así como un periodista del canal 10 de televisión israelí. Decenas de judíos de todo el mundo han expresado solidaridad con esta iniciativa. Sus nombres cuelgan en banderas pacifistas en la cubierta del barco, según un comunicado emitido por la organización de judíos británica que patrocina la expedición.
"La consigna es no colaborar"
Reuven Moskovitz, de 82 y superviviente del holocausto es uno de los tripulantes del Irene."Yo he llegado a la conclusión de que si los judíos queremos sobrevivir, no puede ser mediante la violencia. Yo amo a mi país, pero no podemos hacer a nuestro enemigo lo queremos que nos hagan a nosotros. Lo que sucede en Gaza me recuerda a la vida en el gueto. Hemos convertido en enemigos y encerrado a toda la población de la franja no sólo a la gente de Hamás", explicó a este diario Moskovitz horas antes de su viaje, en un hotel de Jerusalén.
Este hombre, que escapó de la persecución nazi en Rumanía y vivió confinado en un gueto es desde hace décadas un conocido pacifista israelí. Dice que su intención es llegar hasta Gaza y que si les interceptan piensan resistir de forma pacífica. "La consigna es no colaborar, pero tampoco utilizar la violencia". En el barco viaja también, Rami Elhanan, padre de una niña muerta en un ataque suicida palestino.
Los organizadores estiman que el viaje hasta la franja de Gaza podría durar unas 48 horas. Temen sin embarco que el Ejército israelí les intercepte antes de tocar tierra palestina. El Gobierno israelí que aún no se ha pronunciado sobre esta nueva expedición ha retirado en el pasado su firmeza a la hora de impedir cualquier intento de romper el bloqueo.
Fuente: El País