Dicen que tras el abordaje del 31 de mayo de su embarcación dirigida a Gaza, fueron violentados en distintas ocasiones, incluso en el aeropuerto antes de partir.
La Gran Época
07.06.2010 17:48
Angela Lano, Giuseppe Fallisi, Ismail Abdel Rahim Qaraqe Awin, Marcello Faracci Zani y Manolo Luppichini, italianos que viajaban en una de la naves de la Flotilla de la Libertad con ayuda humanitaria para los palestinos de la franja de Gaza fueron “tratados como bestias” durante el abordaje el lunes 31 de mayo, según palabras del periodista a bordo Manolo Luppichino. Fueron llevados a la cárcel israelí y luego expulsados a Estambul, pero antes denunciaron que fueron golpeados en el aeropuerto de Tel Aviv.
Los seis italianos, entre ellos periodistas y editores de video denunciaron malos tratos, golpes, robos y una brutalidad nunca antes vista. “Llevo años ocupándome de las noticias de Palestina pero la violencia que vi fue increíble”, señaló Ángela a los medios de prensa. Luego en un video efectuado con las primeras declaraciones en el aeropuerto de Roma explica lo que describió como los peores momentos de su vida.
“El asalto de los soldados israelíes a la nave de los “gommoni” (una clase de embarcación) parecía ser una escena de “Apocalipsis Now” describió Marcelo Faracci Zani, editor de video de 30 años quien llegó a Estambul luego de ser expulsado de Tel Aviv, informó El Corriere de Italia.
"Me dio mucho miedo ver a todos abordando con el rostro cubierto. Cuando vimos que estaban por agredirnos nos separamos en 2 grupos. Yo fui con los periodistas a la cabina de pilotaje para tratar de filmar lo que estaba sucediendo, pero me secuestraron todo”. “A Israel no vuelvo ni siquiera muerto” aseguró Zani, “pero quiero volver a Palestina lo más pronto posible”.
El activista Giuseppe Fallisi, informó para TGCom que fue golpeado en el barco y en el aeropuerto antes de partir.
“Quiero volver” dijo el italiano palestino Ismail Abdel-Rahim Qaraqe Awin , “Hemos hecho este sacrificio por la gente de Gaza, por aquel millón y medio de palestinos viviendo en una cárcel al aire libre. Queremos aún hacerlo. Queremos que el gobierno italiano y los países del mundo entiendan. Basta de silencio".
“Fuimos secuestrados por el comando israelí que mató al menos 19 personas según el testimonio que recogí de la enfermera que estaba en la nave Marmara", cuenta Mario Luppichini al llegar a Roma, donde hizo su primera declaración en directo a todos los medios presentes.
“25 dispersos, 19 muertos y 160 heridos, algunos muy graves, son datos recogidos por Jerry Campbel, enfermera australiana. Yo personalmente fui golpeado en el aeropuerto por reclamar mi derecho de llamar que no me permitieron hacer. No nos han dado agua y nos han tratado como bestias con total falta de respeto de todas las reglas humanas internacionales”.
“En el interior de la cárcel logré realizar entrevistas a los marineros y pasajeros. Los helicópteros dispararon gases y varios cadáveres se encontraron en los baños, nos contó la enfermera australiana”.
“En nuestro barco no hubo tanta violencia, dos fueron golpeados con bastones eléctricos y explotaron dos bombas sonoras en la sala del capitán donde resultó herido”.
“En el aeropuerto quise llamar al consulado para enviar a Turquía nuestras cosas, todas nuestras cosas que fueron confiscadas, nuestras cámaras, etc. Cuando pedí hablar con el consulado fui golpeado y me incomunicaron nuevamente por 12 horas”.
En un video de la cadena Repubblica Radio TV, Ángela Lano periodista de Torino Italia, abraza emocionada a su familia y hace declaraciones al desembarcar en el aeropuerto de Roma rodeada de parientes y periodistas:
“Como a las 4 y media de la madrugada nos encontrábamos a 120 km de la costa de Gaza. Fue un ataque infernal, creo que fue lo peor que todos nosotros hemos visto jamás en nuestras vidas a excepción de los palestinos que lo viven todos los días desde hace 62 años. Nosotros occidentales, no estamos habituados a ver asaltos de estos barcos israelíes velocísimos y abordarnos. Gritaban como locos “satanisados”. Fuimos agredidos con golpes de puño y de todo, con lo que al final el abordaje fue muy rápido”.
“Menos mal que desde las 13:30 nos habíamos puesto de acuerdo en dividirnos en dos grupos, uno era de una cadena humana desarmada, repito ¡desarmada!, sólo con los propios cuerpos como escudo humano alrededor de la cabina de pilotaje y nosotros los periodistas con cámaras y máquinas fotográficas”.
“Luego de esto los soldados llegaron enmascarados, armados, no les faltaba nada, disparando bombas de sonido, proyectiles de goma pero aquellos con metal revestido en goma, tenían de todo, se han limitado a golpear a los activistas, usando bastones eléctricos".
“Al final abrieron una brecha y todo fueron golpes y la sala del capitán eran puro golpes y bombas. Golpes de puños e incluso con golpes de su propia cabeza, usaban todos los medios posibles”.
“En el puerto nos robaron todo lo que teníamos, todas nuestras maletas”.
“Querían que firmáramos nuestra responsabilidad de estar en aguas israelíes, pero nosotros somos los agredidos y abordados. Firmamos una hoja en hebreo para poder ser expulsados”.
Otras denuncias hechas por los italianos a la llegada en el aeropuerto de Roma:
“En el barco [yo] era el escudo humano. Me dieron 3 golpes de pistola eléctrica en la espalda y me hicieron caer”.
“Estoy cansado, en la cárcel no nos permitieron ninguno de los derechos básicos. No nos concedieron ninguna llamada y bloquearon todo contacto con la embajada”. “Soldados de una parte y de otra. Los activistas se prepararon en la cabina para proteger lo más posible al capitán de forma pacífica antes que llegaran los israelíes con pistolas eléctricas y bombas sonoras. Cada vez eran más agresivos. En las otras naves la gente salió sangrando”.